Esto es debido a las diferencias con respecto al calentamiento superficial existentes entre las cubiertas “desnudas” o con grava y las cubiertas ajardinadas. Una cubierta únicamente impermeabilizada puede alcanzar en la superficie temperaturas de más de 80 ºC; y una cubierta con grava puede llegar también a los 60 ºC. En las cubiertas ajardinadas la temperatura no sobrepasa los 35 ºC, puesto que las capas adicionales que lleva sobre la impermeabilización ayudar a moderar las diferencias extremas de temperatura y a reducir las fluctuaciones de los 90 ºC a los 35 ºC.